Una de las cosas más bellas de México es que casi todo es rico en narrativa y significado. La lluvia cae por el dios Chaca, que golpea las nubes con su hacha. El sol se levanta debido al dios Kinich Ahau, que está casado con la luna diosa Ixchel. En resumen, nada debe tomarse nunca como valor nominal, porque todo tiene una historia detrás de él -y más a menudo que no, una romántica.

Un cuento que nos encanta es sobre los chechen y los chaca. Encontrados dispersos por los exuberantes bosques de la península de Yucatán, estos árboles sirven como un dúo dinámico: el árbol chechen contiene una savia venenosa que se remedia con el néctar del árbol de chaca, que se encuentra siempre creciendo cerca. Pero, ¿cómo llegó a ser este fenómeno?

El folklore maya cuenta la historia de dos grandes guerreros, Kinich y Tizic, hermanos de enorme fuerza, pero de naturaleza muy dispareja. Kinich, el hermano menor era misericordioso y querido por todos, mientras que Tizuc era hosco y sacó sus fuerzas de la ira y el odio en su corazón. Cuando ambos hermanos cayeron trágicamente enamorados de la hermosa Nicte-Ha, lucharon hasta la muerte por su corazón.

La lucha fue larga y brutal: la luna se escondió durante varias noches, el cielo se llenó de oscuras nubes y el océano se volvió feroz. Eventualmente, ambos hermanos murieron en los brazos del otro. En la otra vida, rogaron perdón y una oportunidad de regresar al mundo de los vivos para ver a su amada Nicte-Ha una vez más.

Los dioses se sintieron generosos ese día y concedieron sus deseos. Tizuc renació como el árbol chechen y Kinich como el árbol Chaca. Los árboles ahora vigilan solemnemente a Nicte-Ha que, habiendo muerto de dolor, renació como una flor blanca hermosa y pura. En NIZUC, encontrará los árboles, creciendo en el estanque de reflejos cerca del vestíbulo. Asegúrese de visitarlos y disfrutar del hermoso resultado de este amor trágico.

*Extractos de texto cortesía del Blog Nizuc Resort & SPA